Posted by : Mephistopheles martes, 6 de septiembre de 2016





What a Wonderful World -Historia-

Sakamichi no Apollon, o Kids on the Slope como se le conoce de forma más internacional, es la adaptación animada del manga homónimo creado en su totalidad por la autora Yuki Kodama. Cuenta con un total de 12 episodios emitidos a lo largo de 2012 realizados por el estudio MAPPA, y como pilares principales de este proyecto tenemos nada más y nada menos que al tándem formado por Shinichiro Watanabe en la dirección, y Yoko Kanno en la banda sonora.

Bien, dicho esto, ¿qué es lo que tenemos en Kids on the Slope? La historia transcurre durante el verano de 1966. Kaoru Nishimi es un chico tímido y con problemas para hacer amigos que debido al trabajo de su padre se ve forzado a cambiar de instituto y mudarse a una pequeña ciudad de la prefectura de Nagasaki. Es allí donde conocerá a Ritsuko, la delegada de la clase, y a Sentaro, el chico más problemático y temido del instituto. A pesar de las diferencias aparentes, Kaoru descubrirá en Sentaro la pasión por el jazz y el significado de la amistad verdadera. Todo parece aparentemente genérico, ¿verdad? Pues me alegra decir que lo que desde luego resultaría como otro anime escolar más sin alma, aquí obtenemos una obra que demuestra cómo se pueden tratar bases tan asentadas en el mundillo de forma lo suficientemente madura como para disfrutar de algo medianamente creíble y singular.

Y es que desde el primer minuto se nota que es la adaptación de un josei, pues prácticamente todo se trata de forma más profunda de lo que aparenta, sin llegar en ningún momento a tornarse grandilocuente o melodramático en exceso. Aún así, me gusta ir con la verdad por delante, así que primero diré que también se nota su condición de Slice of Life, y pese a ser más original que la media, se sigue haciendo uso de ciertos clichés. Y ya no por la base de los personajes (al contrario, considero la sinopsis oficial bastante engañosa teniendo en cuenta lo que comentaré en la próxima sección), sino por ciertas relaciones o situaciones que se dan a lo largo de la serie. Para que entendáis a qué me refiero, no faltará a la cita la típica relación de "amigos de la infancia chico-chica", o el "vamos todos a la playa el fin de semana". Aún así, quiero insistir y a riesgo de empezar a repetirme, reitero que aquí en general todo es tratado de forma más adulta, o al menos lo suficiente como para que el espectador no se sienta estúpido o bien tenga una sensación de déjà vu, así que eso tenedlo claro: Sakamichi no Apollon posee un argumento y una narración madura y más teniendo en cuenta a lo que estamos acostumbrados.

Al ser también un Slice of Life, no hay ningún tema que se intente desarrollar al 100%, ya que todos los esfuerzos están puestos en explicar la evolución de amistad que sufre el trío de protagonistas principales, sin quitarles sus respectivos huecos a los secundarios. De hecho, los pocos temas que presenta son más bien accesorios y distan mucho de ser explorados, como por ejemplo el hecho de que dos de los personajes principales son cristianos, o más en concreto el del romance, que si bien existe, no aporta nada y es bastante genérico; es decir, se trata bien, pero no dista de lo que hemos visto en otros tantos anime (de hecho, en cuanto a romance se refiere, es mucho más interesante uno que se da entre un par de personajes secundarios, pero que nuevamente, no va más allá de la superficie). Por lo demás, en general mantiene un ritmo casi perfecto que en pocos momentos flaquea, y desde el primer capítulo es difícil no quedarse prendado, si bien se nota que en la recta final de la trama quizás era necesario al menos un episodio más, porque termina sintiéndose todo un poco atropellado, lo cual para nada emborrona el buen hacer de Watanabe en el resto, cuya experiencia en el medio se nota; me gustaría hacer especial mención a las partes en las que el grupo se pone a tocar, pues están especialmente bien dirigidas (aunque MAPPA aquí tiene mucho de culpa), y al dominio que ha tenido con los primeros planos. Para finalizar, mencionar como detalle que a veces Watanable incluso juega con cierta simbología sencilla y fácil de entender, que dota al conjunto de un todo algo más poético y preciosista.



In the Mood -Personajes-

Como me he hartado de remarcar al comienzo de esta reseña, si por algo se caracteriza este anime es por aprovecharse de una serie de temas que hemos visto mil y una veces en otras series, pero aquí dotarlas de más dimensiones, y entre sus méritos están los personajes, todos a priori estereotipos, pero tratados con tanto realismo que uno termina sorprendido gratamente. Porque sí, aquí también tendrán sus más y sus menos a la hora de demostrar, por ejemplo, lo que sienten a la persona que aman, pero tampoco se pasaran los 12 capítulos sin hacer nada de nada sólo para que terminen agarrados de la mano en la última escena. El quid de la cuestión es que aquí es todo muchísimo más natural, y en todo momento uno parece ser consciente de que está viendo lo que está viendo, que son las idas y venidas de un par de chavales de entre quince y dieciséis años.

Dicho eso, aquí la pantalla la opacan por completo el trío de personajes principales: Kaoru Nishima (el chico tímido), Sentarou Kawabuchi (el tipo duro), y Ritsuko Mukae (la amiga de la infancia del tipo duro). Comenzaré con el primero.

Kaoru ha sido mi personaje favorito de largo. Es quien posee un mayor número de capas de profundidad, y es el que está más trabajado con cierta diferencia. Resulta absurdamente humano, con lo que eso conlleva. Es egoísta, muchas veces dice las cosas sin pensar, pero al mismo tiempo es amable y sacrificado. Comienza asqueado de su situación actual y termina mucho más feliz, pero como dije, sufriendo una evolución natural palpable y que no se nota forzada en prácticamente ningún momento, y sin abusar como ya me he encargado de remarcar del melodrama. En ese sentido, no hay otro personaje en el show como Kaoru.

Sentarou y Ritsuko tienen un gran peso también como es obvio y durante muchos momentos son los protagonistas por completo, pero a pesar de poseer cada uno también varias capas, en general no están tan elaborados, sin llegar a ser planos ni mucho menos. Eso sí, he de señalar que para mi gusto, respecto al primero hay cierto agujero en el guión hacia el final de la serie que no se explica en ningún momento, pero se deja entrever al espectador (no de forma muy clara, pero se puede intuir), y en cuanto al segundo, pese a sus momentos de gloria, se le nota como mucho más de apoyo en lugar de como una entidad propia. No obstante, siguen siendo buenos personajes y con un progreso muy similar en calidad al de Kaoru, simplemente no son tan buenos.

En cuanto a los personajes secundarios, sólo diré que son adornos. No poseen profundidad alguna, y como mucho se les da el típico uso de llevar al protagonista principal X del punto A al punto B. No me parece mal, ya que prefiero eso a que se le intenten dar mayor responsabilidad de la que merecen, pero las cosas son como son. Eso sí, quedaros con los siguientes nombres: Junichi y Yurika. Ellos son la excepción que confirman la regla, pues tienen cierta personalidad definida que confluyen en una subtrama bastante interesante (que hasta se fusiona con la trama principal), que aunque daba para bastante más, deja un par de escenas la mar de emotivas y muy bonitas y en ningún momento da la impresión de que sobre.

Si hay una auténtica pega que poner (aunque no tenga realmente que ver con la sección) es el setting. Una de las cosas que más me llamaron de la serie en cuanto leí la sinopsis, era el hecho de que se desarrollaba en 1966. Repito, 1966. Podría haber sido absurdamente interesante si la autora del manga original o los guionistas aquí se hubiera aprovechado de la "época" para mostrar... Pues bueno... Un sinfín de cosas. Pero al final, uno se queda con la sensación de que si la historia se hubiera situado en la actualidad, lo único que habría cambiado realmente es el diseño de los personajes (más allá de la subtrama que mencioné antes, pero que como también dije, no se explora como podría haberlo hecho).



Cheek to Cheek -Animación-

Bien, aquí no tengo mucho que decir. En general, independientemente de la calidad que posean el resto de apartados, casi todos los anime que han corrido a cargo de MAPPA tienen en común que poseen una animación cuanto menos notable, y Sakamichi no Apollon no es distinto. Así que eso es lo que obtendréis aquí, de principio a fin una calidad técnica muy buena, cuyo mayor auge sin duda reside es las escenas donde se reúne el grupo para tocar (esas de las que he hablado con anterioridad), donde casi se puede palpar la pasión con la que tocan la batería o el piano. Todo muy fluido y dinámico cuanto toca, y pausado y detenido cuando corresponde. También, decir que la paleta de colores (bastante apagada en general) me ha resultado muy acertada y de mi gusto, así como los diseños de los personajes (bastante menos inspirados, eso sí).

Por mencionar algo más, diré que el OP me encanta (de hecho, es de mis favoritos), si bien el ED es bastante más soso.



Waltz for Debby -Banda Sonora-

Lo resumiré todo en dos palabras... Y en mayúsculas, por si las moscas: YOKO KANNO. Con eso debería bastaros, pero como hay que escribir un poco más... Simplemente diré que sin ninguna duda, del conjunto es lo mejor y con una grandísima diferencia. Aquí Yoko cuenta con la colaboración de Takashi Matsunaga en el piano, y Shun Ishikawa en la batería, y si a las piezas originales les sumamos las versiones de grandes obras clásicas del Jazz, obtenemos una banda sonora completamente redonda, que no hace sino sumarle puntos al todo al contar con unos efectos que cumplen y el trabajo de los seiyuus que está a la altura.

Las cosas como son, esto tiene su talón de Aquiles, y es tan sencillo como que si no te gusta el Jazz, Kids on the Slope no conseguirá que sí lo haga. Ahora bien, si este tipo de música te gusta, te atrae, o incluso aunque te sea indiferente... Entonces cambia la cosa y sin duda será muy difícil que no se convierta en lo que más te acabe convenciendo del show.

Raindrops on roses and whiskers on kittens, bright copper kettles and warm woolen mittens, brown paper packages tied up with strings, these are a few of my favorite things~



Sing, Sing, Sing -Conclusión-

¿Recomiendo pues Kids on the Slope/Sakamichi no Apollon? Mi respuesta es un rotundo sí. Watanabe es un director de calidad que si ha demostrado algo con el paso de los años es que es partidario de crear sus propias obras, siendo hasta ahora esta la única adaptación que ha realizado en toda su carrera. Y el motivo es muy obvio, pues es un Slice of Life único que se toma en serio lo suficiente como para tornarse en un relato entrañablemente realista, pero no tanto como para resultar forzado, al igual que sus personajes. Súmale la banda sonora de su incansable colaboradora Yoko Kanno, y el resultado no podría ser mejor. Dadle la oportunidad.

Nota final: 7



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